FAMILIA DENUNCIA ACOSO POLICIAL EN TACUAREMBÓ: “TEMEMOS POR NUESTRA VIDA”
Crónicas del Este 18/11/2023 Policial
Sergio Secinaro
En un desgarrador testimonio, Vanessa Eredia Silva, su esposa Amaya Oria, y su hija de tres años, han denunciado una serie de eventos que los han sumido en un estado de angustia y temor. La familia, recientemente mudada a la propiedad que pertenecía al difunto abuelo de Vanessa, Humberto Silva Melo, ha sido víctima de lo que describen como un acoso constante por parte de la Seccional Número 14 de Tacuarembó.
La odisea comenzó el 4 de noviembre de 2023, cuando Vanessa, tras asumir la responsabilidad de la sucesión de su abuelo y completar la inscripción de la propiedad, llegó con su familia a su nuevo hogar en Tacuarembó. Sin embargo, su llegada desencadenó una serie de conflictos con un hombre identificado como Julio Rodríguez, quien afirmó vivir en la propiedad y, con el respaldo de un supuesto amigo, Jorge Correa, se negó a reconocer la legítima propiedad de Vanessa.
La situación escaló cuando la policía, convocada por Vanessa para esclarecer el conflicto, tomó partido y acusó a Vanessa de usurpación, sin mostrar ninguna orden judicial. A pesar de que la familia intentó seguir todos los procedimientos legales, se vieron obligados a retirarse de la propiedad ante la amenaza de cargos penales.
Vanessa cuenta: “El día 9 de noviembre del año 2023 me llaman en la mañana y atiende mi esposa ya que me encontraba haciendo unos mandados, cuando mi esposa atiende el oficial que habla del otro lado le dice que tengo que ir a levantar una resolución de fiscalía sobre el tema de mi denuncia. Mi esposa les explica que no tenemos cómo ir hasta allá, que queda a 10 kilómetros, ella me avisa y yo le pido por favor que les pregunte si no pueden ir a llevarla a casa. Ellos le manifiestan que no pueden y que si no puede hoy que vaya mañana. Le solicito a mi vecina a ver si me lleva y resulta que cuando fui no existía tal resolución fiscal y simplemente me dice que tengo 72 horas para desalojar el bien inmueble. Nunca me dieron un papel de nada y me dispuse a llamar a Fiscalía dónde me dicen que no existe un papel al respecto, ni en el juzgado tampoco cuando llamé tenía nada”.
La historia se tornó más oscura cuando, después de mudarse el 4 de noviembre, Vanessa y su esposa descubrieron la propiedad en un estado de abandono y vandalismo. Autos desguazados, partes de la propiedad dañadas y, lo más alarmante, la bomba de agua de su abuelo desaparecida, fueron algunas de las atrocidades encontradas.
La familia Eredia Oria presentó denuncias en la Seccional 1ra, pero la respuesta fue insatisfactoria. El suboficial mayor Rodríguez, presuntamente amigo de Correa, estuvo involucrado en el proceso y, según la familia, hizo preguntas inapropiadas y mostró una clara predisposición contra ellas.
La situación ha llevado a la familia a vivir en constante temor. Alegan violencia psicológica y sienten que su seguridad está en peligro. Han solicitado ayuda urgente a las autoridades, al Mides y a organizaciones LGBT, pidiendo una intervención rápida y justa.
Finaliza diciendo: “Mi familia está siendo acosada, todo el tiempo una violencia psicológica, tememos por nuestra vida y la vida de nuestra hija. Nos hemos matado trabajando para poder pagar todo y poder vivir en paz. Nosotras venimos de un contexto de un asentamiento en Salinas Norte dónde 200 familias tienen un desalojo colectivo para marzo del año siguiente. Intentamos buscarle una solución a nuestra problemática y no nos están dejando vivir. Temo que venga
la policía y nos lleve presas sin una órden de nada, aquí se manejan así al parecer. No tenemos a dónde ir y necesitamos ayuda urgente porque estamos en peligro”.

Sergio Secinaro
En un desgarrador testimonio, Vanessa Eredia Silva, su esposa Amaya Oria, y su hija de tres años, han denunciado una serie de eventos que los han sumido en un estado de angustia y temor. La familia, recientemente mudada a la propiedad que pertenecía al difunto abuelo de Vanessa, Humberto Silva Melo, ha sido víctima de lo que describen como un acoso constante por parte de la Seccional Número 14 de Tacuarembó.
La odisea comenzó el 4 de noviembre de 2023, cuando Vanessa, tras asumir la responsabilidad de la sucesión de su abuelo y completar la inscripción de la propiedad, llegó con su familia a su nuevo hogar en Tacuarembó. Sin embargo, su llegada desencadenó una serie de conflictos con un hombre identificado como Julio Rodríguez, quien afirmó vivir en la propiedad y, con el respaldo de un supuesto amigo, Jorge Correa, se negó a reconocer la legítima propiedad de Vanessa.
La situación escaló cuando la policía, convocada por Vanessa para esclarecer el conflicto, tomó partido y acusó a Vanessa de usurpación, sin mostrar ninguna orden judicial. A pesar de que la familia intentó seguir todos los procedimientos legales, se vieron obligados a retirarse de la propiedad ante la amenaza de cargos penales.
Vanessa cuenta: “El día 9 de noviembre del año 2023 me llaman en la mañana y atiende mi esposa ya que me encontraba haciendo unos mandados, cuando mi esposa atiende el oficial que habla del otro lado le dice que tengo que ir a levantar una resolución de fiscalía sobre el tema de mi denuncia. Mi esposa les explica que no tenemos cómo ir hasta allá, que queda a 10 kilómetros, ella me avisa y yo le pido por favor que les pregunte si no pueden ir a llevarla a casa. Ellos le manifiestan que no pueden y que si no puede hoy que vaya mañana. Le solicito a mi vecina a ver si me lleva y resulta que cuando fui no existía tal resolución fiscal y simplemente me dice que tengo 72 horas para desalojar el bien inmueble. Nunca me dieron un papel de nada y me dispuse a llamar a Fiscalía dónde me dicen que no existe un papel al respecto, ni en el juzgado tampoco cuando llamé tenía nada”.
La historia se tornó más oscura cuando, después de mudarse el 4 de noviembre, Vanessa y su esposa descubrieron la propiedad en un estado de abandono y vandalismo. Autos desguazados, partes de la propiedad dañadas y, lo más alarmante, la bomba de agua de su abuelo desaparecida, fueron algunas de las atrocidades encontradas.
La familia Eredia Oria presentó denuncias en la Seccional 1ra, pero la respuesta fue insatisfactoria. El suboficial mayor Rodríguez, presuntamente amigo de Correa, estuvo involucrado en el proceso y, según la familia, hizo preguntas inapropiadas y mostró una clara predisposición contra ellas.
La situación ha llevado a la familia a vivir en constante temor. Alegan violencia psicológica y sienten que su seguridad está en peligro. Han solicitado ayuda urgente a las autoridades, al Mides y a organizaciones LGBT, pidiendo una intervención rápida y justa.
Finaliza diciendo: “Mi familia está siendo acosada, todo el tiempo una violencia psicológica, tememos por nuestra vida y la vida de nuestra hija. Nos hemos matado trabajando para poder pagar todo y poder vivir en paz. Nosotras venimos de un contexto de un asentamiento en Salinas Norte dónde 200 familias tienen un desalojo colectivo para marzo del año siguiente. Intentamos buscarle una solución a nuestra problemática y no nos están dejando vivir. Temo que venga
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