EL MISTERIOSO ASESINATO DE ANDRÉS TRIGO: UN CASO SIN RESOLVER
Crónicas del Este 13/08/2024 Sociedad
Un Trágico Lunes en Colonia del Sacramento
La mañana del 17 de agosto de 1998, Colonia del Sacramento amaneció con una noticia que sacudió sus cimientos. Andrés Trigo Fonte, un joven conocido y querido en la comunidad, apareció asesinado en un descampado de la calle Atanasio Sierra, en el barrio Real de San Carlos. Dos disparos en la cabeza y una escena cargada de misterio sellaron el destino de un crimen que, hasta hoy, sigue sin resolverse.
Aquel fatídico lunes, todo cambió para la apacible ciudad. Colonia del Sacramento se enfrentó a una realidad oscura: convivían con hombres y mujeres que ponían precio a la vida y la muerte. La policía y la justicia jugaron papeles lamentables, con afirmaciones y acciones que solo añadieron más sombras al caso.
El jefe de Policía, Pintos Fúnes, rápidamente sugirió que "Andrés andaría en alguna cosa rara", y sin más, ordenó lavar la camioneta donde fue encontrado el cuerpo, destruyendo valiosas pruebas. Afirmó que no había rastros de otras personas en el vehículo, aunque Walter Trigo, padre de Andrés, encontró numerosas colillas de cigarrillos en el lugar al día siguiente. El comisario Oscar Vila tuvo la audacia de sugerir que Andrés "posiblemente se suicidó", y el juez Gerardo Siri permitió la fuga del policía Mario Hernández a Argentina, un sospechoso clave en el caso.
AMENAZAS Y MIEDO
Los testigos del crimen fueron sistemáticamente amenazados. "Ojo con lo que vas a decir, porque te puede pasar lo mismo que a Andrés Trigo", era el mensaje que recibían, sembrando terror y silencio entre aquellos que podrían haber arrojado luz sobre el caso.
Andrés trabajaba junto a su padre en la distribución de garrafas y ayudaba en el Club San Carlos. Era un joven sin enemigos, según los testimonios recogidos durante las décadas de investigación. La noche del 17 de agosto, Andrés salió brevemente en la camioneta de su padre y nunca regresó. Su madre, Graciela, alarmada por su ausencia, notificó a la policía. Al mediodía, el vehículo fue encontrado en un descampado, con Andrés muerto en su interior.
Desde el principio, la escena del crimen no fue preservada adecuadamente. No se permitió la intervención de la Policía Técnica de Montevideo, y la camioneta fue lavada por orden del comisario Vila. Un mes después, el 17 de septiembre, la familia, acompañada por vecinos, realizó una marcha en silencio para exigir justicia. La exnovia de Andrés fue finalmente procesada, pero tras 11 años de prisión, fue liberada.
EL MISTERIO DE "EL PEGAJOSO"
Walter Trigo siempre apuntó a la figura de alias "El Pegajoso". Según Walter, este hombre le confesó haber cometido el crimen, aunque estaba preso en Piedra de los Indios durante el asesinato. Sin embargo, Walter descubrió que "El Pegajoso" había sido sacado del penal por un alto oficial de la policía la noche del crimen y devuelto horas después. "Andrés vio algo o supo algo relacionado con las drogas, y por eso le quitaron la vida", asegura su padre, señalando la posibilidad de una conspiración mayor.
En 2017, Walter Trigo escribió una carta desgarradora recordando la vida de su hijo. Andrés, quien se radicó en Colonia del Sacramento a los seis años, había jugado en los clubes Otto Wulff y San Carlos, y a los 16 comenzó a trabajar con su padre. Su relación con Karina Carro, una mujer cinco años mayor, terminó en tragedia. El 17 de agosto de 1998, Andrés salió a trabajar como cantinero y nunca volvió. Su cuerpo fue encontrado en la camioneta familiar, con dos disparos en la cabeza.
Desde el asesinato, Walter Trigo ha luchado incansablemente por justicia. Enfrentó la corrupción policial, las amenazas, y las múltiples irregularidades en la investigación. La policía de Colonia, bajo la dirección de Pintos Fúnes, obstruyó repetidamente los esfuerzos por esclarecer el crimen. Investigadores de Montevideo, como Roberto de los Santos y Adolfo Hernández, trabajaron en el caso pero encontraron obstáculos insalvables.
Un Caso que Sigue Abierto
A pesar de los años y los esfuerzos, el asesinato de Andrés Trigo sigue rodeado de misterios. La implicación de la exnovia, los policías corruptos, y la figura de "El Pegajoso" continúan siendo piezas de un rompecabezas que no termina de encajar. Walter Trigo no dejó de buscar respuestas, manteniendo viva la memoria de su hijo y la esperanza de que, algún día, la verdad salga a la luz.
El caso de Andrés Trigo es un recordatorio sombrío de que, a veces, la justicia tarda demasiado en llegar, si es que llega. En Colonia del Sacramento, la sombra de aquel trágico 17 de agosto sigue presente, y la lucha por la verdad continúa.

Un Trágico Lunes en Colonia del Sacramento La mañana del 17 de agosto de 1998, Colonia del Sacramento amaneció con una noticia que sacudió sus cimientos. Andrés Trigo Fonte, un joven conocido y querido en la comunidad, apareció asesinado en un descampado de la calle Atanasio Sierra, en el barrio Real de San Carlos. Dos disparos en la cabeza y una escena cargada de misterio sellaron el destino de un crimen que, hasta hoy, sigue sin resolverse. Aquel fatídico lunes, todo cambió para la apacible ciudad. Colonia del Sacramento se enfrentó a una realidad oscura: convivían con hombres y mujeres que ponían precio a la vida y la muerte. La policía y la justicia jugaron papeles lamentables, con afirmaciones y acciones que solo añadieron más sombras al caso. El jefe de Policía, Pintos Fúnes, rápidamente sugirió que "Andrés andaría en alguna cosa rara", y sin más, ordenó lavar la camioneta donde fue encontrado el cuerpo, destruyendo valiosas pruebas. Afirmó que no había rastros de otras personas en el vehículo, aunque Walter Trigo, padre de Andrés, encontró numerosas colillas de cigarrillos en el lugar al día siguiente. El comisario Oscar Vila tuvo la audacia de sugerir que Andrés "posiblemente se suicidó", y el juez Gerardo Siri permitió la fuga del policía Mario Hernández a Argentina, un sospechoso clave en el caso.
AMENAZAS Y MIEDO
Los testigos del crimen fueron sistemáticamente amenazados. "Ojo con lo que vas a decir, porque te puede pasar lo mismo que a Andrés Trigo", era el mensaje que recibían, sembrando terror y silencio entre aquellos que podrían haber arrojado luz sobre el caso. Andrés trabajaba junto a su padre en la distribución de garrafas y ayudaba en el Club San Carlos. Era un joven sin enemigos, según los testimonios recogidos durante las décadas de investigación. La noche del 17 de agosto, Andrés salió brevemente en la camioneta de su padre y nunca regresó. Su madre, Graciela, alarmada por su ausencia, notificó a la policía. Al mediodía, el vehículo fue encontrado en un descampado, con Andrés muerto en su interior. Desde el principio, la escena del crimen no fue preservada adecuadamente. No se permitió la intervención de la Policía Técnica de Montevideo, y la camioneta fue lavada por orden del comisario Vila. Un mes después, el 17 de septiembre, la familia, acompañada por vecinos, realizó una marcha en silencio para exigir justicia. La exnovia de Andrés fue finalmente procesada, pero tras 11 años de prisión, fue liberada.
EL MISTERIO DE "EL PEGAJOSO"
Walter Trigo siempre apuntó a la figura de alias "El Pegajoso". Según Walter, este hombre le confesó haber cometido el crimen, aunque estaba preso en Piedra de los Indios durante el asesinato. Sin embargo, Walter descubrió que "El Pegajoso" había sido sacado del penal por un alto oficial de la policía la noche del crimen y devuelto horas después. "Andrés vio algo o supo algo relacionado con las drogas, y por eso le quitaron la vida", asegura su padre, señalando la posibilidad de una conspiración mayor. En 2017, Walter Trigo escribió una carta desgarradora recordando la vida de su hijo. Andrés, quien se radicó en Colonia del Sacramento a los seis años, había jugado en los clubes Otto Wulff y San Carlos, y a los 16 comenzó a trabajar con su padre. Su relación con Karina Carro, una mujer cinco años mayor, terminó en tragedia. El 17 de agosto de 1998, Andrés salió a trabajar como cantinero y nunca volvió. Su cuerpo fue encontrado en la camioneta familiar, con dos disparos en la cabeza. Desde el asesinato, Walter Trigo ha luchado incansablemente por justicia. Enfrentó la corrupción policial, las amenazas, y las múltiples irregularidades en la investigación. La policía de Colonia, bajo la dirección de Pintos Fúnes, obstruyó repetidamente los esfuerzos por esclarecer el crimen. Investigadores de Montevideo, como Roberto de los Santos y Adolfo Hernández, trabajaron en el caso pero encontraron obstáculos insalvables. Un Caso que Sigue Abierto A pesar de los años y los esfuerzos, el asesinato de Andrés Trigo sigue rodeado de misterios. La implicación de la exnovia, los policías corruptos, y la figura de "El Pegajoso" continúan siendo piezas de un rompecabezas que no termina de encajar. Walter Trigo no dejó de buscar respuestas, manteniendo viva la memoria de su hijo y la esperanza de que, algún día, la verdad salga a la luz. El caso de Andrés Trigo es un recordatorio sombrío de que, a veces, la justicia tarda demasiado en llegar, si es que llega. En Colonia del Sacramento, la sombra de aquel trágico 17 de agosto sigue presente, y la lucha por la verdad continúa.

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